Moria: las condiciones de hacinamiento empeoran

Hace apenas unos días se cumplían dos años del miserable acuerdo de control de inmigración irregular (o, lo que es lo mismo, de externalización de fronteras) entre la U.E. y Turquía. Desde hace dos años todas las personas que arriesgan su vida para llegar a las islas del mar Egeo son recibidas con una orden de arresto y confinadas en centros de recepción que no son otra cosa que antiguas cárceles reactivadas y ampliadas con tiendas de campaña en los terrenos colindantes de bosque y plantaciones de olivos.

Lesbos, Chíos y Samos se reparten en el presente 2018 los méritos a peor centro de estancamiento de solicitantes de asilo político, con Vathy (Samos) y Moria (Lesbos) con informes recientes de Acnur que recogen las denuncias por agresión sexual de cientos de personas, especialmente mujeres. La situación en Moria, según Acnur, toma muy graves dimensiones:

Informe de Acnur sobre Moria y Vathy

Yo tuve la oportunidad de visitar ambos centros de internamiento el pasado mes de noviembre de 2017, a pesar de que la entrada está prohibida para los «no usuarios» de estos centros. Pero desde entonces han pasado noviembre y diciembre de 2017, así como enero, febrero y marzo de 2018. Y parece ser en estos últimos meses en los que yo he vuelto a España a descansar de la anterior etapa en Polykastro al frente de ADSN Greece (ver anterior entrada) es cuando más se han recrudecido las situaciones de hacinamiento, disturbios y agresiones físicas varias… Pero a esto no se le presta ya ninguna atención en los medios de comunicación de masas, salvo si exceptuamos ediciones de periódicos comprometidos con los Derechos Humanos como Desalambre y Público. Lo cierto es que el tiempo pasa y desde octubre pasado hasta ahora puede ser un tiempo más que suficiente para que muchas personas desesperen.

12000 personas atrapadas, 2000 deportadas

A los que hemos estado allí nos resulta imposible no sólo mirar hacia otro lado, sino dejar de denunciar todo cuanto allí sucede, más allá de continuar nuestra labor humanitaria cada cual desde su posición y capacidades, como puede ser el reparto de alimentos, artículos de higiene o la asistencia letrada y de intérpretes. Es por eso que aunque ahora esté aquí en España sigo denunciando a través de este blog todas las violaciones de las que tengo conocimiento directo, acompañándolas de las pertinentes fuentes oficiales para mayor credibilidad. Si a ustedes, lectores, no les parece esto poca cosa, les insto a hacer lo propio, más allá de lo que a  día de hoy hacen o hayan hecho. No cometamos el tremendo error de pensar que esta denuncia es en vano, o que no sirve…