Ahogados

Las deportaciones a Turquía han continuado intermitentemente todo este mes de abril en las islas del Egeo. También lo han hecho, paralelamente, las manifestaciones en contra así como las protestas de los principales afectados: personas desplazadas involuntariamente en busca de refugio; solicitantes de protección internacional. Migrantes a la fuerza… También lo han hecho los voluntarios desplazados a su encuentro.

Estas deportaciones consisten en expulsiones colectivas de personas de diversas nacionalidades, principalmente de nacionales de Paquistán, Bangladesh, Irán, los países del Magreb y numerosos países del África subsahariana. Además, desde el pasado 20 de marzo de 2016, estas expulsiones incluyen también a los sirios.

Nada sabemos de las personas deportadas a Turquía, «país seguro de origen» etiquetado así de forma altamente interesada por la U. E. Con esto nos quieren decir que los refugiados podrían solicitar protección internacional en este país, pero hay escasa verdad en este tipo de afirmaciones. Turquía sólo reconoce cierta protección a los sirios, y actualmente ya cuenta con cerca de tres millones de sirios temporalmente acogidos. Esto es un problema para el país, pero, tal como nos dicen los compañeros que han estado allí, nada se sabe ni se habla del problema. El tema es tabú. La reciente victoria muy disputada de Erdogan en el autoproclamado referendum para poder permanecer en el poder no hace sino complicar más las cosas. Un régimen dictatorial en Turquía no facilitaría precisamente el mejor entendimiento con la U.E. En un momento en el que este es muy necesario.

Pero Turquía tiene un problema mayor que los sirios: los kurdos, el Kurdistán. Una región de la que proviene cantidad enorme de refugiados que llegan a Grecia. Hoy, mientras escribo, trece hombres kurdos de origen sirio (uno de ellos menor de edad) continuan una huelga de hambre a la desesperada frente al rechazo a su solicitud de asilo. Tienen miedo, y con razón, de ser enviados de vuelta a Turquía. Tras cuatro días de esta huelga, ninguna autoridad o agencia se había hecho eco de sus protestas.

Estas son las consecuencias de semejante y tan degradante trato (trata) para las personas deplazadas y refugiadas. Valga este ejemplo concreto para visibilizar.

Otro ejemplo: 16 personas han aparecido ahogadas por el hundimiento de un bote destino a Lesbos. 9 de ellas han aparecido en Lesbos. Las otras 7, de momento, en Turquía. La mayoría de ellas provenían, nos dicen, del África subsahariana. ¡Somos muy desgraciados, todos! Estas personas siguen lanzándose al mar y ahogándose por acuerdos como el de la U.E. – Turquía y, sobre todo, por la política de rechazo total del flujo migratorio y de blindaje de fronteras. ¡NO a la UE Fortaleza!

La historia nos juzgará algún día. No cabe duda. La responsabilidad no es sólo de nuestros políticos. Es nuestra: seguimos considerando a estas personas como invasores.

Mientras tanto, los vivos siguen peleando por llegar a tierra firme. Ninguna valla los va a detener. Los que ya pisan tierra europea siguen peleando por que no les deporten. Nuestro amigo Sher Afzal se presentaba el pasado día 21 de abril a su entrevista de asilo en Atenas. Se desplazó desde Mitilene a la capital 10 días antes y, sólo cuando se personó en las oficinas el día señalado, fue cuando le dijeron que volviera el próximo 5 de mayo. Que no le iban a entrevistar… ¡Indignante! Sher había tenido que pedir vacaciones a la ONG para la que hace de intérprete. Dede las autoridades griegas siguen jugando con el tiempo de la gente; sobre todo de las personas refugiadas.

¿Quieres saber más? Puedes preguntar a través de esete blog…

 

Abril…Hace un año de las deportaciones

Hoy hace un año tuvieron lugar, en Mitilene, las primeras deportaciones de refugiados a Turquía, desde Lesbos, Chíos y Samos. Unas 200 personas fueron deportadas sin garantías legales de ningún tipo. Frontex se apresuró a decir que estas personas no habían solicitado asilo y que, por ello, podían ser deportadas a Turquía. Sobre esto he escrito extensamente en la entrada publicada a principios del pasado abril de 2016.

Este momento ha sido revelador pues, aunque pudiera ser cierto que estas personas no habían solicitado asilo, voluntarios como yo y los compañeros de REMAR S.O.S. Pudimos presenciar como muchas personas eran sacadas de la fila que todos los días se hacía frente al puesto de control policial dentro del recinto de Moria para este fin: solicitar asilo. Estas personas eran fácilmente identificadas por los policías griegos por su color de piel, más oscuro que el de solicitantes de asilo sirios, iraquíes, afganos… Se trataba de paquistaníes, bangladeshíes, iraníes… Era uno de los episodios más claros (más bien, oscuros) de discriminación racial que me tocó vivir en Lesbos.

Hoy, un año después, estamos contándolo en los I.E.S.de Gran Canaria, en concreto especialmente en el municipio de Santa Lucía de Tirajana, con motivo del encuentro festival ESPAL.

Además, seguimos con los espacios de radio, que nos dan la oportunidad de seguir contando sobre esta discriminación racial tan creciente que estamos presenciando en toda Europa, y en el resto del mundo (incluyendo a Estados Unidos y su nuevo flamante presidente).

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En esta ocasión volvimos a ser invitados a hablar en 7.7 Radio, en Café para 7, en una reconfortante tertulia con Cristina García. Con esta son cuatro las intervenciones radiofónicas del presente año. Puedes escuchar el audio en este enlace:

Café para 7 con Cristina García